Nepoarchivos
jueves, febrero 3
Esto en Hollywood no pasa
Como nos habíamos conocido por internet lo sublime era que nuestro primer encuentro fuera de voz y tacto. Algo donde no tuvieran que trabajar los ojos. "Cuando llames al timbre, apagaré todas las luces y así nos reconoceremos solo por la voz y la yema de los dedos; será perfecto".
Cuando atravesó la puerta y la cerró tras de sí dijo con voz de ratón chillón -¿¿¿donde pongo las bolsas que traigo???- y ya pensé "esto no ha sido buena idea..".
Y luego la hecatombe. Pone las bolsas encima del gato que hace ¡miouuuu! y sale disparado, el perro que oye al gato empieza a ladrar con su voz de trueno ¡wouf! ¡wouf! , yo que quiero agarrar al perro, me olvido del repecho de la pared y ¡tump! me doy de morros contra el gotelet y dejo de sentir la nariz. Mientras doy tumbos con las manos hacia delante buscándole a tientas porque con la leche he perdido la orientación, él intenta auxiliarme y ¡zzziuup! resbala en la alfombra y ¡ponc! cae de culo. El perro que le siente a su altura ¡wouf! ¡wouf! piensa "esta es la mía" y se lanza en picado contra él buscando algún agujero en su pobre espalda donde poder meterla. Yo giro 180º con una mano agarrada a mi nariz y ¡flonf! tropiezo con las bolsas y ¡plunf! me caigo de tripa, cuan largo soy, a su lado. Entonces oigo en la profundidad de las tinieblas ¡jiauc, jiauc, jiauc, jiauc! y le digo "ehm..vale..ya te he reconocido. Es tu risa de foca. Enciende la luz".
Cuando atravesó la puerta y la cerró tras de sí dijo con voz de ratón chillón -¿¿¿donde pongo las bolsas que traigo???- y ya pensé "esto no ha sido buena idea..".
Y luego la hecatombe. Pone las bolsas encima del gato que hace ¡miouuuu! y sale disparado, el perro que oye al gato empieza a ladrar con su voz de trueno ¡wouf! ¡wouf! , yo que quiero agarrar al perro, me olvido del repecho de la pared y ¡tump! me doy de morros contra el gotelet y dejo de sentir la nariz. Mientras doy tumbos con las manos hacia delante buscándole a tientas porque con la leche he perdido la orientación, él intenta auxiliarme y ¡zzziuup! resbala en la alfombra y ¡ponc! cae de culo. El perro que le siente a su altura ¡wouf! ¡wouf! piensa "esta es la mía" y se lanza en picado contra él buscando algún agujero en su pobre espalda donde poder meterla. Yo giro 180º con una mano agarrada a mi nariz y ¡flonf! tropiezo con las bolsas y ¡plunf! me caigo de tripa, cuan largo soy, a su lado. Entonces oigo en la profundidad de las tinieblas ¡jiauc, jiauc, jiauc, jiauc! y le digo "ehm..vale..ya te he reconocido. Es tu risa de foca. Enciende la luz".
Archivos
enero 2005 febrero 2005 marzo 2005 abril 2005 mayo 2005 junio 2005 julio 2005 agosto 2005 septiembre 2005 octubre 2005 noviembre 2005 diciembre 2005 enero 2006 febrero 2006 marzo 2006
