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viernes, marzo 18
El arca de Nepomuk
El perro-lámpara asomó la nariz al comedero del gato-cabrón. El gato-cabrón se sintió ofendido en su intimidad y fiusssss con la velocida del rayo le hizo la señal del zorro al lado de una oreja (pero en vez de una Z marcó una G de gato-cabrón, claro).
Al perro-lámpara se le ha infectado la herida y después de cincuenta euritos más de Nepomuk el pringado, el santo veterinario le desinfectó, le afeitó la mejilla y le colocó la gola que pueden ustedes admirar en las ilustraciones que acompañan.
Nepomuk el pringado tiene que revolcarse tres veces al día con el perro-lámpara en llave de judo para poder untarle el betadine, y el susodicho suele olvidarse constantemente de su mutación en perro-lámpara, por lo que va atascándose en todas las puertas y casi degolla al repartidor del super en uno de sus mundialmente famosos abrazos con chupadita de narices.
Como esto siga así, cualquier día Nepomuk el pringado se levantará de la cama convertido en una tira cómica de periódico. Pasen y vean.
Al perro-lámpara se le ha infectado la herida y después de cincuenta euritos más de Nepomuk el pringado, el santo veterinario le desinfectó, le afeitó la mejilla y le colocó la gola que pueden ustedes admirar en las ilustraciones que acompañan.
Nepomuk el pringado tiene que revolcarse tres veces al día con el perro-lámpara en llave de judo para poder untarle el betadine, y el susodicho suele olvidarse constantemente de su mutación en perro-lámpara, por lo que va atascándose en todas las puertas y casi degolla al repartidor del super en uno de sus mundialmente famosos abrazos con chupadita de narices.
Como esto siga así, cualquier día Nepomuk el pringado se levantará de la cama convertido en una tira cómica de periódico. Pasen y vean.
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