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lunes, marzo 28
Nepomuk's show
Yo voy con mi bici ñuqui ñiqui ñuqui ñiqui, tan tranquilito por mi carril, tralarí, tralará...y veo el coche que está parado, con el intermitente puesto para torcer a la derecha. Mientras tomo la cuesta abajo, ella no se mueve, así que pienso "ah bueno, me ha visto" y justo cuando voy a pasar, la chica da un volantazo y se decide a torcer. Acto seguido, la bicicleta se incrusta en el lateral del coche y Nepomuk vuela, vuelaaaaaa..sin motor por encima de coche, chica y bicicleta, y rebota ponk-ponk en el asfalto.
A mi alrededor no se oyen más que gritos, exclamaciones, coches que frenan y señoras que sufren (porque las señoras que sufren, se oyen más). Alguien dice ¡no le toquéis! ¡no le toquéis la cabeza! y yo sonrío con cara de idiota y me cuento los dientes con la lengua "uno, dos, tres..". Mi imagen debe ser un poema. Muevo una mano, muevo una pierna..todo funciona. Intento incorporarme. El chico bakala de pizza-algo vuelve a soltar el grito ¡no! ¡no le toquéis la cabeza, tios! y ya me empieza a dar la risa tonta de las situaciones difíciles (esa que tiene al limoun enamorado que-es-para-darte-dos-hostias-ari-coño-ya). Entonces veo a la chica del coche, que está paralizada, de pie, junto a la portezuela abierta y me mira fijamente. Se acerca taconeando clic clac clic clac y le dice a un señor -¿está bien? ¿se...se mueve?- y yo, ya que tengo todos mis dientes, sonrío y me incorporo ayudado por unos quince pares de brazos, en plan Led-Zeppelin.
-Estoy bien, no te preocupes (revisando arañazos disimuladamente para parecer un tipo duro) es que...(me sacudo el pantalón)...ví tu intermitente, pero creí que me habías visto y...
La chica me mira con los ojos muy abiertos. Levanta la mano, yo pienso "no puede ser", me pega un bofetón ¡fffffffflac! que me hace girar la cabeza hasta poder ver mi propio culo, vuelve a taconear clic clac clic clac hasta su coche, se sube y se pira en una nubecita de humo dejando ahí enmedio el cadaver de mi bicicleta.
Silencio sepulcral de dos minutos a mi alrededor. Se me encienden las orejas y digo -ehm...pues...ya ven...estoo...me ha dado una hostia...sí...- la señora de la bolsa hipercor suelta un chorrito de risa y dice ¿has cogido la matrícula? y el pizzero, ya olvidado por completo de mi cabeza que no se debe tocar, se mea, literalmente, de risa y grita -¡encima de puta apaleá! tojuro tio, tojuro, jiac jiac jiac-
(nepomuk que bonito-un-paseito-en-bici-con-bronquitis-en-domingo con fujur no-me-habla-por-capullo)
A mi alrededor no se oyen más que gritos, exclamaciones, coches que frenan y señoras que sufren (porque las señoras que sufren, se oyen más). Alguien dice ¡no le toquéis! ¡no le toquéis la cabeza! y yo sonrío con cara de idiota y me cuento los dientes con la lengua "uno, dos, tres..". Mi imagen debe ser un poema. Muevo una mano, muevo una pierna..todo funciona. Intento incorporarme. El chico bakala de pizza-algo vuelve a soltar el grito ¡no! ¡no le toquéis la cabeza, tios! y ya me empieza a dar la risa tonta de las situaciones difíciles (esa que tiene al limoun enamorado que-es-para-darte-dos-hostias-ari-coño-ya). Entonces veo a la chica del coche, que está paralizada, de pie, junto a la portezuela abierta y me mira fijamente. Se acerca taconeando clic clac clic clac y le dice a un señor -¿está bien? ¿se...se mueve?- y yo, ya que tengo todos mis dientes, sonrío y me incorporo ayudado por unos quince pares de brazos, en plan Led-Zeppelin.
-Estoy bien, no te preocupes (revisando arañazos disimuladamente para parecer un tipo duro) es que...(me sacudo el pantalón)...ví tu intermitente, pero creí que me habías visto y...
La chica me mira con los ojos muy abiertos. Levanta la mano, yo pienso "no puede ser", me pega un bofetón ¡fffffffflac! que me hace girar la cabeza hasta poder ver mi propio culo, vuelve a taconear clic clac clic clac hasta su coche, se sube y se pira en una nubecita de humo dejando ahí enmedio el cadaver de mi bicicleta.
Silencio sepulcral de dos minutos a mi alrededor. Se me encienden las orejas y digo -ehm...pues...ya ven...estoo...me ha dado una hostia...sí...- la señora de la bolsa hipercor suelta un chorrito de risa y dice ¿has cogido la matrícula? y el pizzero, ya olvidado por completo de mi cabeza que no se debe tocar, se mea, literalmente, de risa y grita -¡encima de puta apaleá! tojuro tio, tojuro, jiac jiac jiac-
(nepomuk que bonito-un-paseito-en-bici-con-bronquitis-en-domingo con fujur no-me-habla-por-capullo)
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