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miércoles, marzo 16
¡Si, sí, sí! ...no..no..¡NO!
Cada vez que estrenan una película de terror me entusiasmo. Miro las fotos, leo las críticas, hago publicidad aqui y allí, doy la murga a mis allegados y no paro hasta que consigo que alguien vaya conmigo al cine a verla. Y luego, cuando se apagan las luces, caigo en la cuenta de que el cine de terror me da pánico, y termino viéndolo todo con un ojo medio tapado, o mirando al suelo con las manos en los oídos (porque con sonido da más miedo) a la vez que saco de quicio a mi acompañante preguntándole con cada sobresalto ¿qué ha pasado? ¿que ha salido? ¿por qué ha gritado la chica?
Cuando salimos todos juran que no volverán a picar yendo al cine conmigo hasta que estrenan otra película de miedo, yo me entusiasmo y el proceso vuelve a empezar.
Cuando piso un parque de atracciones me siento irremediablemente atraido hacia la montaña rusa. En vagoneta, colgando o haciendo el pino puente, da igual, yo siempre me pongo en la cola. Y siempre, con el tracatraca de la primera lenta y agónica subida, voy pensando -pero ¿que coño hago aqui?¿por qué he subido a este trasto si me da pánico?- hasta que aquello da las cuatro vueltas cabeza abajo, los cuatro burrumburrum-barrambarram, nos desnuca a todos con la paradita, y yo despego mis uñas moradas de los enganches, para decirle con entusiasmo al de al lado..-¿qué? ¿subimos otra vez?-
Y nuevamente, con el tracatraca de la primera subida vuelvo a pensar -¿qué coño hago aqui? ¿por qué he subido a este trasto si me da pánico?-
Dicen que lo mejor para superar los miedos es enfrentarte a ellos. Pero también hay especímenes, como yo, que lo que realmente necesitamos es la fórmula mágica para poder dejar de hacerlo de una maldita y cochina vez.
(nepomuk otra-noche-soñando-con-chinas-muertas-hayquejoderse)
Cuando salimos todos juran que no volverán a picar yendo al cine conmigo hasta que estrenan otra película de miedo, yo me entusiasmo y el proceso vuelve a empezar.
Cuando piso un parque de atracciones me siento irremediablemente atraido hacia la montaña rusa. En vagoneta, colgando o haciendo el pino puente, da igual, yo siempre me pongo en la cola. Y siempre, con el tracatraca de la primera lenta y agónica subida, voy pensando -pero ¿que coño hago aqui?¿por qué he subido a este trasto si me da pánico?- hasta que aquello da las cuatro vueltas cabeza abajo, los cuatro burrumburrum-barrambarram, nos desnuca a todos con la paradita, y yo despego mis uñas moradas de los enganches, para decirle con entusiasmo al de al lado..-¿qué? ¿subimos otra vez?-
Y nuevamente, con el tracatraca de la primera subida vuelvo a pensar -¿qué coño hago aqui? ¿por qué he subido a este trasto si me da pánico?-
Dicen que lo mejor para superar los miedos es enfrentarte a ellos. Pero también hay especímenes, como yo, que lo que realmente necesitamos es la fórmula mágica para poder dejar de hacerlo de una maldita y cochina vez.
(nepomuk otra-noche-soñando-con-chinas-muertas-hayquejoderse)
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