Nepoarchivos
martes, marzo 29
Yo, tú, él...
Un error frecuente eso de colocar a la pareja en un plano diferente al de los amigos. Una costumbre arraigada esa de decir "este es mi novio y aquellos mis amigos". Allí donde el término "noviazgo" termina siendo una especie de compromiso coñazo, para que tus amigos puedan decir desde un botellín de volldamm -una pena, este/a chico/a, desde que se echó novio/a...-
Se nos llega a olvidar que una pareja también sirve para compartir la guitarra y tu complejo de bicho raro, para emborracharte de pepe cuervo hasta que no distingas tu nombre, e incluso para pasar tardes enteras de no hacer nada, tirados en cualquier suelo, compartiendo la risa de aquel jueves en el que pillaron a Mario Poveda intentando hacerse una mamada a si mismo. O quizá sea, simplemente, que si pudiésemos conjugar a nuestro mejor amigo con el sexo, dispondríamos en la palma de la mano de la fórmula del amor eterno. Pero claro... eso no pasa todos los días ni en todas las vidas.
Solo en algunas.
(nepomuk afortunado sobando a un perro-lámpara deslamparizado)
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