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jueves, abril 7
Envidia insana y que alguien lo mate
Existen por ahí personas repugnantes que saben hacerlo todo bien. Bichos infectos que son capaces de destacar en cualquier actividad que emprendan. Odiosos seres que hacen contigo el cursillo para principiantes de esquí del Xanadú y en tres días se deslizan por las pistas a toda mecha, mientras tú todavía estás intentando cogerle el truco al puto telesquí para no caerte de culo mientras oyes el primer "linchémoslo" entre la gente que espera cola detrás.
Y por si no tuvieras ya bastante con aquello de avanzar al más puro estilo Goofey mientras los malditos niños de cinco años pasan a tu lado serpenteando como balas (sin palos), encima te paras a tomar resuello para colocarte el puto gorrito que te queda como a un santo dos pistolas (a él de puta madre, claro) y le ves hacer zigsssszagssss y pararse al estilo Bond...James Bond para
decirte -¡Eh tio! ¡qué divertido! ¿eh? ¡luego si quieres probamos los karts!- y tú ya das por hecho y por supuesto que te estamparás contra los neumáticos de protección de la pista de karts y tendrás que salir de allí a cuatro patas observado por los 180 pares de ojos que te mirarán desde las cristaleras de arriba meándose a tu costa, mientras el odioso ser te pasa haciendo ¡swwweenggggg!, agitando las manitas como el hermano listo de Fernando Alonso y gritando -¡Eh tio! ¡qué divertido! ¿eh? ¡luego si quieres probamos a pilotar un helicóptero!-
Y aunque no seas creyente, te colocas el gorrito de los cojones y rezas al Santo Cristo de los Inútiles para que envíe un rayo y lo fulmine de una vez a él y a su gorrito que le queda de puta madre.
(nepomuk pide disculpas a tu sensibilidad literaria por los tacos, coño)
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