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viernes, junio 24
Papá Nepomuk
Por toda la casa me persigue María, con los brazos abiertos y diciéndome - cua-cua-cua...- (que significa“cógeme” en un dialecto bebé que me hace sentir como una mamá pata). Pero claro…me bastaron 20 minutos con esa albóndiga en brazos para pensar en ponerme unos tirantes en los calzoncillos y llevarla pillada con ellos toda la tarde como una vulgar niña-paquete de mucama africana, cosa que tampoco resultaba buen invento, considerando que ese contrapeso tirando de la goma me iba a tener con los huevos al aire minuto sí y minuto también.
Y es que esas madres que salen en la tele guiando el cochecito por la calle con una mano y plegándolo con un golpe de cadera mientras se comen un plátano no son más que una mentira publicitaria, señores. La cruda realidad es que ese trasto tiene la manejabilidad de un elefante paseando por las calles de Mojácar.
Tanto es así, que finalmente he optado por subirla en el carrito de la CPU e ir empujándola con el pie por toda la casa según me voy moviendo. Y lo cierto es que, salvo los tres primeros escoramientos a la izquierda en las curvas, con posterior volcada de niña (imperdonable no disponer de carrito CPU con airbag lateral) el invento va perfecto. Vamos..que con la práctica estoy pillando una destreza de traslado a golpe de chancleta que es un gustazo. Eso sí…como María aprenda de aquí al lunes a hablar con coherencia me hunde, porque claro…no sonará nunca igual un “ali ita ueda pumba nena” que un “mamá sácame de la casa de este imbécil que ya me ha dado dos leches contra el parquet ”.
Y es que esas madres que salen en la tele guiando el cochecito por la calle con una mano y plegándolo con un golpe de cadera mientras se comen un plátano no son más que una mentira publicitaria, señores. La cruda realidad es que ese trasto tiene la manejabilidad de un elefante paseando por las calles de Mojácar.
Tanto es así, que finalmente he optado por subirla en el carrito de la CPU e ir empujándola con el pie por toda la casa según me voy moviendo. Y lo cierto es que, salvo los tres primeros escoramientos a la izquierda en las curvas, con posterior volcada de niña (imperdonable no disponer de carrito CPU con airbag lateral) el invento va perfecto. Vamos..que con la práctica estoy pillando una destreza de traslado a golpe de chancleta que es un gustazo. Eso sí…como María aprenda de aquí al lunes a hablar con coherencia me hunde, porque claro…no sonará nunca igual un “ali ita ueda pumba nena” que un “mamá sácame de la casa de este imbécil que ya me ha dado dos leches contra el parquet ”.
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