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lunes, julio 4
El Mesías del fast-food
-La obesidad es el grave problema del siglo XXI pero claro ¿qué es lo que nos falta? ¡información, información, información! ¡no conocemos nada sobre nutrientes y alimentación! ¿te das cuenta? ¡eso mismo que te estás comiendo! ¡mira!
Me sujeta el brazo dejando la hamburguesa a dos palmos de mi boca abierta.
-¿Ves? ¡grasas saturadas! ¡féculas! ¡colorantes! ¡conservantes! ¡una porquería!
-Hombre…de sabor está buena…
-¿Sabes cuánto tarda el estómago en poder digerir eso? ¿lo sabes? ¿eh? ¿sabes cuánto kilos de carne necesita tu corazón para…
-Ehm..vale…(dejo la hamburguesa en la bandeja)…tampoco tengo mucho hambre… (cojo el danone. Levanto la cuchara y miros sus ojos de lechuza clavados en mí)
-¿Qué? ¿el yogur tampoco?
-Oh sí, sí…el yogur es muy sano. ¿Sabías que era el principal alimento de los guerreros mongoles?
-¿Ah sí? (me meto la cucharada en la boca)
-Sí. Lo fabricaban metiendo leche y alcohol en un pellejo de buey. Luego lo ataban a la tripa del caballo y con el sudor y el movimiento del animal la leche iba fermentando y se convertía en eso que te estás comiendo ahora mismo.
Escupo el yogur en el envase.
-Uy…¿qué pasa? ¿está malo?
-Serás un gran médico dietista, Héctor.
(Hinchando pecho) -Je, je...¿tú también lo piensas?
-Oh, ya lo creo... De hecho hay tantas posibilidades de ser obeso a tu lado, como de esnifar cocaína sentado en el papamóvil.
Me sujeta el brazo dejando la hamburguesa a dos palmos de mi boca abierta.
-¿Ves? ¡grasas saturadas! ¡féculas! ¡colorantes! ¡conservantes! ¡una porquería!
-Hombre…de sabor está buena…
-¿Sabes cuánto tarda el estómago en poder digerir eso? ¿lo sabes? ¿eh? ¿sabes cuánto kilos de carne necesita tu corazón para…
-Ehm..vale…(dejo la hamburguesa en la bandeja)…tampoco tengo mucho hambre… (cojo el danone. Levanto la cuchara y miros sus ojos de lechuza clavados en mí)
-¿Qué? ¿el yogur tampoco?
-Oh sí, sí…el yogur es muy sano. ¿Sabías que era el principal alimento de los guerreros mongoles?
-¿Ah sí? (me meto la cucharada en la boca)
-Sí. Lo fabricaban metiendo leche y alcohol en un pellejo de buey. Luego lo ataban a la tripa del caballo y con el sudor y el movimiento del animal la leche iba fermentando y se convertía en eso que te estás comiendo ahora mismo.
Escupo el yogur en el envase.
-Uy…¿qué pasa? ¿está malo?
-Serás un gran médico dietista, Héctor.
(Hinchando pecho) -Je, je...¿tú también lo piensas?
-Oh, ya lo creo... De hecho hay tantas posibilidades de ser obeso a tu lado, como de esnifar cocaína sentado en el papamóvil.
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