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jueves, agosto 11
Mi gracia torera
Hoy regresó de sus vacaciones mi vecina minipimientos. Le dije a Paco que quería gastarle una broma de bienvenida y Paco me compró unos cuantos globos de colores, para que se los inflara y se los metiera en el armario con la idea de que salieran disparados al abrirlo. Yo le dije que como broma me parecía algo sosa, pero Paco contestó muy serio –Ya… hombre, si quieres bajo a ver si encuentro alguna picana de electrocución y un barreño- con lo cual me quitó sabiamente las ganas de insistir, claro. Luego, a escondidas, los rellené con harina y los inflé.
Con ayuda de su madre, escondí los seis globos bien apretados dentro del armario de Ana mientras ella desayunaba. Y cuando se reunió conmigo en su habitación le alenté a que abriera el armario bajo promesa de sorpresa. Abrió y soportó la lluvia globeril con expresión de Miércoles Adams, sacando la lengua y diciendo –ññññ no me has asustado…es una broma para pequeños-. Yo, ávido de gritos, risas y persecución por toda la casa, me fuí directo al costurero de su salón.
Mientras rebuscaba, ella apareció por la puerta.
-¿Qué haces?
-Busco una aguja. ¿Puedo coger una aguja?
-¿Para qué?
-Para que revientes los globos. Verás como eso es más divertido…-
Y la voz materna que resuena al fondo –Déjalo Ari, si el ruido le asusta, ya los reviento yo…¡¡PAUM!! …MECAGOENLAHOST…-
Y nada... Ariel corriendo piso arriba a la velocidad de la luz mientras Miércoles Adams chilla desde abajo –Ariiii ¿a dónde vaaaaaas?- y él piensa: “A agacharme cuando pase por delante de la ventana durante los próximos diez años”…
Con ayuda de su madre, escondí los seis globos bien apretados dentro del armario de Ana mientras ella desayunaba. Y cuando se reunió conmigo en su habitación le alenté a que abriera el armario bajo promesa de sorpresa. Abrió y soportó la lluvia globeril con expresión de Miércoles Adams, sacando la lengua y diciendo –ññññ no me has asustado…es una broma para pequeños-. Yo, ávido de gritos, risas y persecución por toda la casa, me fuí directo al costurero de su salón.
Mientras rebuscaba, ella apareció por la puerta.
-¿Qué haces?
-Busco una aguja. ¿Puedo coger una aguja?
-¿Para qué?
-Para que revientes los globos. Verás como eso es más divertido…-
Y la voz materna que resuena al fondo –Déjalo Ari, si el ruido le asusta, ya los reviento yo…¡¡PAUM!! …MECAGOENLAHOST…-
Y nada... Ariel corriendo piso arriba a la velocidad de la luz mientras Miércoles Adams chilla desde abajo –Ariiii ¿a dónde vaaaaaas?- y él piensa: “A agacharme cuando pase por delante de la ventana durante los próximos diez años”…
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