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miércoles, septiembre 28
Momentos vayavaya
Me lleva de acompañante a casa de su amiga + novio y la muy traidora suelta la frasecita mortal: -Bueno, os dejamos solos para que habléis de cosas de chicos mientras nosotras nos arreglamos-. Y ahí que me deja. A solas con un cacho carne con ojos que parece recién salido de una pesadilla de Stephen King.
“Cosas de chicos”. “Hablar de cosas de chicos”. Y maldita sea mi estampa. Que entre ellas lo tienen bien fácil simplemente con el recurrido: “Oye, me encanta eso que llevas puesto…”, pero claro… imposible decirle eso al cacho-carne sin tener la horrible sensación de que debería acompañarme de fondo algún tema de los Village People. Y aún así lo intento ¿eh? e incluso sueno simpático diciendo –Anda…llevas una camiseta de GAP. Son guapas ¿eh?- pero nada…esfuerzo en vano porque el cacho-carne se limita a poner cara de oveja, soltar una tosecilla y decirme – No sé. Me las compra mi madre.- Y volvemos de nuevo al silencio espeso cargado de buenobuenos, en-fines y vayavayas. Y uno piensa: “¡dios mío, que se me ocurra algo antes que terminemos hablando del tiempo como en los ascensores!… cosas de chicos… cosas de chicos… ¡deportes!” y recurre al socorrido y maldito Fernando Alonso en un último esfuerzo: -Ehm…y ¿viste la carrera el otro día?- ante lo cual, el cacho-carne parece resucitar y te mira entusiasmado diciéndote -¡¡¡YA LO CREO TIO!!! ¡qué fuerte el R-25 ¿eh? ¡ahora los cilindros forman un ángulo de 72 grados y han integrado el propulsor en el chasis! ¡alucina! ¡ya no tiene nada que envidiar a los MacLaren tio! ¿a que sí?-
Y en ese momento, es cuando caes en la cuenta de que no tienes ni puta idea de carreras, de coches, ni de Fernando Alonso (vayapordios), así que ya solo te quedará poner cara de oveja, soltar una tosecilla y añadir –Sí… nada que enviar a los mac… los mac esos, sí… ehm… y… además… esto… parece que no termina de venir el otoño ¿no?-
“Cosas de chicos”. “Hablar de cosas de chicos”. Y maldita sea mi estampa. Que entre ellas lo tienen bien fácil simplemente con el recurrido: “Oye, me encanta eso que llevas puesto…”, pero claro… imposible decirle eso al cacho-carne sin tener la horrible sensación de que debería acompañarme de fondo algún tema de los Village People. Y aún así lo intento ¿eh? e incluso sueno simpático diciendo –Anda…llevas una camiseta de GAP. Son guapas ¿eh?- pero nada…esfuerzo en vano porque el cacho-carne se limita a poner cara de oveja, soltar una tosecilla y decirme – No sé. Me las compra mi madre.- Y volvemos de nuevo al silencio espeso cargado de buenobuenos, en-fines y vayavayas. Y uno piensa: “¡dios mío, que se me ocurra algo antes que terminemos hablando del tiempo como en los ascensores!… cosas de chicos… cosas de chicos… ¡deportes!” y recurre al socorrido y maldito Fernando Alonso en un último esfuerzo: -Ehm…y ¿viste la carrera el otro día?- ante lo cual, el cacho-carne parece resucitar y te mira entusiasmado diciéndote -¡¡¡YA LO CREO TIO!!! ¡qué fuerte el R-25 ¿eh? ¡ahora los cilindros forman un ángulo de 72 grados y han integrado el propulsor en el chasis! ¡alucina! ¡ya no tiene nada que envidiar a los MacLaren tio! ¿a que sí?-
Y en ese momento, es cuando caes en la cuenta de que no tienes ni puta idea de carreras, de coches, ni de Fernando Alonso (vayapordios), así que ya solo te quedará poner cara de oveja, soltar una tosecilla y añadir –Sí… nada que enviar a los mac… los mac esos, sí… ehm… y… además… esto… parece que no termina de venir el otoño ¿no?-
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