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martes, septiembre 13
Precaución amigo conductor
Volvimos a Madrid a la hora en la que Madrid vuelve. Horas y horas de caravana y caravana. Fué entonces cuando me acordé de que no me gusta viajar en coche. Y no es que me hubiera tocado otra vez el "oyesoyes" al lado (que de eso bien se aseguró el conductor bajo amenaza de amputarle el dedito compulsivo con mi vicerinox multiusos) sino porque, en vista que pasé el viaje de ida aplastado contra la ventana derecha que no se podía abrir, preferí cambiar a la ventana izquierda que se abría sola. Craso error. Si hay algo peor que el hecho de tener que aguantar 65 vueltas de cd de Mojinos Escocíos (porque tampoco se puede sacar el disco...una joya el coche del Rata, oigan) aplastado contra un cristal, es que se te baje la ventana a 140 km/h por la autopista. Que al menos cuatro veces tuve que palparme las cejas para convencerme de que no se me habían ido volando al otro extremo del coche. Eso mientras se pudo ir a 140 claro... porque luego empezó la procesión y Rata comprendió al fin, en un arranque de iluminación divina, porqué se han inventado los coches con dvd incorporado. Tres tocapelotas en el asiento de detrás te abren mucho la mente. Y eso que nos buscamos entretenimiento ¿eh? que una vez superada la diversión de la ventanilla, montamos un concurso de "a ver quién aguanta más hablando en verso". Y lo cierto es que la cosa empezó bien, hasta que yo aproveché la coyuntura para mostrar mi simpatía al oyesoyes diciendo "no haré lo que tú dispones, pues me tocas los c*****s", simpatía que quedó claramente mutua con su respuesta inmediata: "quizá sea paranoia, pero me suda la p***a".
Afortunadamente, la cosa no llegó a prolongarse más allá de Guadarrama, porque Teo Rata soltando el volante y girándose bruscamente hacia nosotros gritó -"¡¡¡y aunque el frío no haga escarcha, os voy a tirar en marcha!!!"- ante lo cual nosotros, con asombrosa sagacidad capta-indirectas, decidimos volver a nuestras labores. Es decir, oyesoyes a su dedo y yo a mi ventanilla zgggtlump.
Afortunadamente, la cosa no llegó a prolongarse más allá de Guadarrama, porque Teo Rata soltando el volante y girándose bruscamente hacia nosotros gritó -"¡¡¡y aunque el frío no haga escarcha, os voy a tirar en marcha!!!"- ante lo cual nosotros, con asombrosa sagacidad capta-indirectas, decidimos volver a nuestras labores. Es decir, oyesoyes a su dedo y yo a mi ventanilla zgggtlump.
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