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jueves, septiembre 22
Un chico de palabra
Cansando y deprimido por el “pero mira como mueren los peces en el río y mueren, y mueren y vuelven a morir” ayer tarde tomé la decisión más importante de mi vida después de la de no enamorarme de personas con mocasines de borlas: No volver a comprarme ni una sola mascota más.
Allá hacia las siete, pusieron un reportaje en el canal Natura sobre la cría y desarrollo de los pollitos, así que allá hacia las siete y veinte, entraba yo en “mil mascotas” preguntando si vendían pollitos, firme en la decisión más importante de mi vida: No volver a comprarme ni una sola mascota más que no tenga pico.
Hacia las ocho menos veinte, salía yo de “mil mascotas” con un hamster llamado Pepe, una jaula de dos pisos con miniparque de atracciones y una bola de paseo. Porque cuando tomo una decisión importante, la tomo, y si he dicho que no volvería a comprarme ni una sola mascota más que no sea marrón y blanca, es que no me la compro.
Hombrepordios...¡pues faltaría más!
Allá hacia las siete, pusieron un reportaje en el canal Natura sobre la cría y desarrollo de los pollitos, así que allá hacia las siete y veinte, entraba yo en “mil mascotas” preguntando si vendían pollitos, firme en la decisión más importante de mi vida: No volver a comprarme ni una sola mascota más que no tenga pico.
Hacia las ocho menos veinte, salía yo de “mil mascotas” con un hamster llamado Pepe, una jaula de dos pisos con miniparque de atracciones y una bola de paseo. Porque cuando tomo una decisión importante, la tomo, y si he dicho que no volvería a comprarme ni una sola mascota más que no sea marrón y blanca, es que no me la compro.
Hombrepordios...¡pues faltaría más!
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