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jueves, octubre 6
Mil ocasiones de callarse
El médico dice - ¿qué síntomas notas?.- Yo contesto –Pues… pérdida de peso, irritabilidad, cambios de humor, hipertensión...-. Él responde –Bueno, lo primero que vamos a mandarte es un análisis de sangre.–
Entra la enfermera, le comenta nosequé y vuelve a salir. El médico coge un volante de análisis y le veo garabatear una serie de palabras raras. Yo estiro el pescuezo y digo -¿qué es eso que escribe?- y él contesta -¿Esto? Esto es para una analítica de hormonas sexuales.-
Y yo me lanzo en plancha.
-¡¡Sisisisisisisi!! ¡¡sí, por favor, sí!! Joder, que alivio que lo haya dicho usted ¿eh? porque la verdad es que no sabía cómo sacarle el tema, y es que lo que me está pasando no es normal, oiga. Que voy todo el día salido como el perro de un ciego. Que me levanto en pie de guerra y en pie me dura hasta las doce de la noche. Y que estoy viendo que mi pareja me manda a la mierda, pero es que ¡no puedo evitarlo! ¡no dejo de pensar en otra cosa, desde que me levanto hasta que me acuesto! Y no puede ser la edad ¿eh? que yo siempre he estado un poco salido pero como esto jamás, oiga…j-a-m-á-s… es una erección detrás de otra, y detrás de otra, y detrás de otra… ¿usted cree que lo de las hormonas sexuales lo aclarará?-. Y él contesta parsimonioso – En este caso estoy seguro que no, hijo, porque este volante no es para ti, sino para una paciente con síndromes premenstruales.-
Paco dice –Anda, que pronto te ha despachado, qué bien. Oye, qué coloradito estás… ¿te estaba dando el sol?-
Entra la enfermera, le comenta nosequé y vuelve a salir. El médico coge un volante de análisis y le veo garabatear una serie de palabras raras. Yo estiro el pescuezo y digo -¿qué es eso que escribe?- y él contesta -¿Esto? Esto es para una analítica de hormonas sexuales.-
Y yo me lanzo en plancha.
-¡¡Sisisisisisisi!! ¡¡sí, por favor, sí!! Joder, que alivio que lo haya dicho usted ¿eh? porque la verdad es que no sabía cómo sacarle el tema, y es que lo que me está pasando no es normal, oiga. Que voy todo el día salido como el perro de un ciego. Que me levanto en pie de guerra y en pie me dura hasta las doce de la noche. Y que estoy viendo que mi pareja me manda a la mierda, pero es que ¡no puedo evitarlo! ¡no dejo de pensar en otra cosa, desde que me levanto hasta que me acuesto! Y no puede ser la edad ¿eh? que yo siempre he estado un poco salido pero como esto jamás, oiga…j-a-m-á-s… es una erección detrás de otra, y detrás de otra, y detrás de otra… ¿usted cree que lo de las hormonas sexuales lo aclarará?-. Y él contesta parsimonioso – En este caso estoy seguro que no, hijo, porque este volante no es para ti, sino para una paciente con síndromes premenstruales.-
Paco dice –Anda, que pronto te ha despachado, qué bien. Oye, qué coloradito estás… ¿te estaba dando el sol?-
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