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jueves, noviembre 10
¿Cómo están ustedeeeees...?
Harto de que me confundan en el trabajo con el reponedor de la máquina de bollos, decidí que iba a gastarme la mitad de mi paga en comprarme dos trajes en condiciones para ir a trabajar formal y guapo como el resto de mis compañeros. Y es que si hay algo que tengo claro es que para comerse el mundo empresarial hay tres reglas básicas: 1. Un aspecto impecable. 2. Seguridad en ti mismo. 3. Que veinte tíos no te paren todas las mañanas en el pasillo a pedirte donuts light.
Así que, como Don Mendo, lo que prometí cumplí y allá que me planté en la Vaguada, con medio sueldo, dispuesto a volver hecho un Cary Grant de bolsillo. Y aunque finalmente, volví con una bufanda de flecos, una bolsa de soldaditos de plástico y dos kilos de bolas de chicle, sí es cierto que mi afán de ser un dandy no ha menguado en absoluto, por lo que esta mañana, he pasado al plan B, que consistía en robar del armario paquense un traje de chaqueta + corbata + camisa + zapatos de los que brillan y suenan cloc-clac (no como los míos que suenan ñigo-ñigo).
Pero como los zapatos me estaban una talla grandes, me he metido una bola de kleenex en cada punta. Y como los pantalones se me abrían y se me escapa la camisa, me he metido los faldones dentro de los calzoncillos. Y como los calcetines de ejecutivo me llegaban a medio muslo, me los he dado tres vueltas en las rodillas. Y como en la chaqueta cabían dos como yo, me he puesto un jersey de conejitos encima de la camisa para abultar. Y como la corbata me estorbaba por debajo del jersey de conejitos me la he puesto por encima del cuello del jersey.
En definitiva...que allá va Nepomuk Trumph, vestido con un tres cuartos tobillero de paño, un traje-chaqueta con jersey de conejitos, una corbata por encima del jersey, la camisa metida por dentro de los calzoncillos, tres vueltas de calcetines en cada rodilla y unos zapatos que hacen fropa-fropa, a comerse el mundo empresarial. ¡¡¡Temblad Hermanos Tonetti!!
Así que, como Don Mendo, lo que prometí cumplí y allá que me planté en la Vaguada, con medio sueldo, dispuesto a volver hecho un Cary Grant de bolsillo. Y aunque finalmente, volví con una bufanda de flecos, una bolsa de soldaditos de plástico y dos kilos de bolas de chicle, sí es cierto que mi afán de ser un dandy no ha menguado en absoluto, por lo que esta mañana, he pasado al plan B, que consistía en robar del armario paquense un traje de chaqueta + corbata + camisa + zapatos de los que brillan y suenan cloc-clac (no como los míos que suenan ñigo-ñigo).
Pero como los zapatos me estaban una talla grandes, me he metido una bola de kleenex en cada punta. Y como los pantalones se me abrían y se me escapa la camisa, me he metido los faldones dentro de los calzoncillos. Y como los calcetines de ejecutivo me llegaban a medio muslo, me los he dado tres vueltas en las rodillas. Y como en la chaqueta cabían dos como yo, me he puesto un jersey de conejitos encima de la camisa para abultar. Y como la corbata me estorbaba por debajo del jersey de conejitos me la he puesto por encima del cuello del jersey.
En definitiva...que allá va Nepomuk Trumph, vestido con un tres cuartos tobillero de paño, un traje-chaqueta con jersey de conejitos, una corbata por encima del jersey, la camisa metida por dentro de los calzoncillos, tres vueltas de calcetines en cada rodilla y unos zapatos que hacen fropa-fropa, a comerse el mundo empresarial. ¡¡¡Temblad Hermanos Tonetti!!
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