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martes, enero 31

 

La gimnasia Kegel

Cada vez que me hace reir, me meo. Pero no lo digo como expresión de uyquerisa sino... literalmente. Mi vejiga dice "allá vamos" y allá que voy. Y como me hace reir aproximadamente cada diez minutos (últimamente cada quince por aquello de que está dejando de fumar) suelo tener que cambiarme de ropa interior unas dieciséis veces al día.
Viendo que no gano para Abanderados, y no logrando esquivar las cuchufletas irónicas de un capitán payaso, se lo dijimos al médico en la última revisión, y él me recomendó realizar los "Ejercicios Kegel"; es decir, una tabla de ejercicios para fortalecer el músculo pélvico que usamos para contener la orina. Claro... en un principio se me erizaron los pelos del pubis imaginándome un banquito de gimnasia con monitor para la minga, pero no... el Sr. Kegel era muy discreto y dicha gimnasia consiste tan sólo en contraer varias veces al día el musculito de marras un-dos, un-dos...

Y yo le dije al médico -Ah vale... ¿y cuándo iré notando mejoría?
Y el médico dijo -Pues en unos seis meses.
Y yo le dije al médico -¿y cuántas veces lo hago? ¿20? ¿30?
Y el médico dijo -Unas 450 veces al día.
Y yo le dije al médico -Cojones...- (bueno, no se lo dije, pero lo pensé)
Y el capitán payaso dijo -¡Demonios! ¿qué pretendía lograr el Sr. Kegel? ¿bailar el yoyó con la verga?

Y yo me meé nuevamente, así que... mñññññ ... ochenta y uno... mññññ... ochenta y dos... mñññ... ochenta y tres...






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