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lunes, febrero 13
Nelson
Hoy he conocido a mi nuevo compañero de piso. Se llama Nelson.
Nelson estudia biología marina en Madrid, pero eso no es lo más raro que tiene. No ha querido probar mi pollo teriyaki porque dice que comer cosas con cara lleva al desequilibrio del alma y me ha limpiado el karma agitando las manos por encima de mi coronilla. Luego también me ha enseñado ejercicios yoguis de respiración para reencontrar mi equilibrio interior, y parecía tan ilusionado, que no me he atrevido a decirle que de reencuentro tendría poco considerando que yo no he estado equilibrado en mi vida.
Nelson es majete y no se enfada fácilmente. He tenido ocasión de comprobarlo dos veces. La primera con mi chiste idiota sobre la respiración yogui y el parque de Yellowstone, y la segunda cuando la novia tonta del vasco le ha dicho -¡Uy! te llamas como el mono de la Pipi Lamstrung!- La novia tonta del vasco es toda belleza. Pero en el sentido más estricto de la palabra porque si le apartas la belleza, encuentras la nada más absoluta. A veces le digo al vasco si no le gustaría una chica con la que pudiera hablar, pero él me contesta -¿de qué?- y claro... entiendo que son tal para cual.
Nelson me gusta porque habla muy bajito y no se ha reído de mi sable láser, ni mi Mr. Potato. Por el contrario, ha dicho que son "claros síntomas de necesidad afectiva", y aunque no sé muy bien qué demonios significa eso, me ha sonado tan importante, que he llamado a Paco para contárselo. Paco primero se ha descojonado unos minutos, y luego ha dicho -Tú dale tiempo a que se hostie con el barco pirata de los clics de la bañera y luego me lo cuentas.-
Creo que Paco también debería empezar a comer cosas sin cara.
Nelson estudia biología marina en Madrid, pero eso no es lo más raro que tiene. No ha querido probar mi pollo teriyaki porque dice que comer cosas con cara lleva al desequilibrio del alma y me ha limpiado el karma agitando las manos por encima de mi coronilla. Luego también me ha enseñado ejercicios yoguis de respiración para reencontrar mi equilibrio interior, y parecía tan ilusionado, que no me he atrevido a decirle que de reencuentro tendría poco considerando que yo no he estado equilibrado en mi vida.
Nelson es majete y no se enfada fácilmente. He tenido ocasión de comprobarlo dos veces. La primera con mi chiste idiota sobre la respiración yogui y el parque de Yellowstone, y la segunda cuando la novia tonta del vasco le ha dicho -¡Uy! te llamas como el mono de la Pipi Lamstrung!- La novia tonta del vasco es toda belleza. Pero en el sentido más estricto de la palabra porque si le apartas la belleza, encuentras la nada más absoluta. A veces le digo al vasco si no le gustaría una chica con la que pudiera hablar, pero él me contesta -¿de qué?- y claro... entiendo que son tal para cual.
Nelson me gusta porque habla muy bajito y no se ha reído de mi sable láser, ni mi Mr. Potato. Por el contrario, ha dicho que son "claros síntomas de necesidad afectiva", y aunque no sé muy bien qué demonios significa eso, me ha sonado tan importante, que he llamado a Paco para contárselo. Paco primero se ha descojonado unos minutos, y luego ha dicho -Tú dale tiempo a que se hostie con el barco pirata de los clics de la bañera y luego me lo cuentas.-
Creo que Paco también debería empezar a comer cosas sin cara.
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