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lunes, febrero 27
Tequila y amén
El año pasado fuimos de momias y se nos heló el culo, así que esta vez decidimos buscar un disfraz de intemperie y nos cosimos unos hábitos de frailes franciscanos de lo más apañaos. Como pensábamos que la cosa sería tomarnos un par de rones-con-algo y pasar desapercibidos entre cowboys, piratas y gatitas, decidimos que uno de los seis no bebiera, para así poder conducir en el camino de vuelta con toda tranquilidad. Pero sucedió después que la exnovia de Rata servía los tequilas y claro... bastó la primera chupadita de limón, para que los buenos propósitos desaparecieran en un abracadabra.
Saliendo de la fiesta, puse toda mi fe en pedir a los dioses que no nos parara la Guardia Civil, y saliendo de Boadilla, la puse para pedir que nos parara. Y es que nada mejor que un par de chirriar de ruedas y unos cuantos “uopaaaaaa” para conseguir que un creyente cambie su rogativa por menos que canta un gallo. Pero resultó, mira tú, que los dioses me hicieron caso igual de rápido. Y en un pispás el control de alcoholemia de la guardia civil nos dió el alto (considerando también que un coche con cinco frailes cantando "Te aviso. Te anuncio que hoy renuncio" no pasa desapercibido así como así) preguntándole al Rata si había bebido. Y en un pispás el Rata, antes siquiera de que pudiéramos darle una colleja, ya había contestado -Dí... ejque he denido unas cuandas bisas...-
Retirada del carnet seis meses, 700 euros de multa y vuelta a Madrid en autobús porque el único que no iba pedal, era el único que no tenía carnet (o sea, yo). Pero alabado sea Jehová porque desde luego, mejor pobre y multado, que absuelto y estampado contra una farola de la M-40, vestido de franciscano.
Saliendo de la fiesta, puse toda mi fe en pedir a los dioses que no nos parara la Guardia Civil, y saliendo de Boadilla, la puse para pedir que nos parara. Y es que nada mejor que un par de chirriar de ruedas y unos cuantos “uopaaaaaa” para conseguir que un creyente cambie su rogativa por menos que canta un gallo. Pero resultó, mira tú, que los dioses me hicieron caso igual de rápido. Y en un pispás el control de alcoholemia de la guardia civil nos dió el alto (considerando también que un coche con cinco frailes cantando "Te aviso. Te anuncio que hoy renuncio" no pasa desapercibido así como así) preguntándole al Rata si había bebido. Y en un pispás el Rata, antes siquiera de que pudiéramos darle una colleja, ya había contestado -Dí... ejque he denido unas cuandas bisas...-
Retirada del carnet seis meses, 700 euros de multa y vuelta a Madrid en autobús porque el único que no iba pedal, era el único que no tenía carnet (o sea, yo). Pero alabado sea Jehová porque desde luego, mejor pobre y multado, que absuelto y estampado contra una farola de la M-40, vestido de franciscano.
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