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lunes, marzo 6
Post nº 6: El blog
Yo cumplí 17 años lejos de Jim. Y en una llamada telefónica me dijo -Necesito regalarte algo que pueda hacer yo mismo y pueda darte a distancia. ¿Alguna idea?-. Yo le contesté -No. Pero necesito un diario nuevo.- Un par de semanas después, me diseñó mi primer blog: El mercenario. Que era más o menos como estos mundos pero en perfecto. Una maravilla con secciones, álbum de fotos, tablón de anuncios, mi propio servidor... una obra de arte, hecha con mucho cariño y buenas intenciones.
Pero claro... sucede que las buenas intenciones también se van a tomar por culo (con perdón) y bastó un mal cruzar de pies y de palabras, para que nos diéramos de morros en un topetazo cuyo dolor nos duró (afortunadamente) no demasiado tiempo. Mientras tanto, Paco de Asís ya me había descubierto su Fújur Dragón Blanco y yo ya había cogido cariño a eso de escribir on line (sobre todo porque tardaba la mitad y quedaba el doble de aparente), así que, en un movimiento de "devuélveme el rosario de mi madre y quédate con todo lo demás", abandoné mi Mercenario y descubrí que hasta los cebollinos del html (como un servidor) podíamos crear una bitácora personal en un decir "miraquebonito". Así nacieron mis mundos, que hasta el regreso de las diestras manos de Jim (las cuales, por cierto, milagrosamente no me despacharon ningún capón), lucieron el look protestante de la casa blogger.
El comienzo de mis mundos fué un tanto melancólico. Tenía 17 añajos, aún dependía de la Santa Comunidad de Madrid y estaba desesperado por dar con algún hueco donde poder plantar raíces. La casa no era mía, el perro no era mío, y hasta mis pobres huevos no eran míos...eso sin contar con que en cualquier momento el coco me podía hacer crajs y dejarme como Forrest Gump. Aquella fue una etapa de desesperación bastante idiota. Nunca tendré suficiente cariño para agradecer a Paco limoun el que supiera volver a hacerme ver que la vida es una tómbola-tom-tom-tómbola y que merece la pena reirse de ella SIEMPRE.
Porque, parafraseándome a mí mismo (mira tú que pena...) si hay algo en esta vida de lo que no te puedas reir, es que ese algo no existe.
Pero claro... sucede que las buenas intenciones también se van a tomar por culo (con perdón) y bastó un mal cruzar de pies y de palabras, para que nos diéramos de morros en un topetazo cuyo dolor nos duró (afortunadamente) no demasiado tiempo. Mientras tanto, Paco de Asís ya me había descubierto su Fújur Dragón Blanco y yo ya había cogido cariño a eso de escribir on line (sobre todo porque tardaba la mitad y quedaba el doble de aparente), así que, en un movimiento de "devuélveme el rosario de mi madre y quédate con todo lo demás", abandoné mi Mercenario y descubrí que hasta los cebollinos del html (como un servidor) podíamos crear una bitácora personal en un decir "miraquebonito". Así nacieron mis mundos, que hasta el regreso de las diestras manos de Jim (las cuales, por cierto, milagrosamente no me despacharon ningún capón), lucieron el look protestante de la casa blogger.
El comienzo de mis mundos fué un tanto melancólico. Tenía 17 añajos, aún dependía de la Santa Comunidad de Madrid y estaba desesperado por dar con algún hueco donde poder plantar raíces. La casa no era mía, el perro no era mío, y hasta mis pobres huevos no eran míos...eso sin contar con que en cualquier momento el coco me podía hacer crajs y dejarme como Forrest Gump. Aquella fue una etapa de desesperación bastante idiota. Nunca tendré suficiente cariño para agradecer a Paco limoun el que supiera volver a hacerme ver que la vida es una tómbola-tom-tom-tómbola y que merece la pena reirse de ella SIEMPRE.
Porque, parafraseándome a mí mismo (mira tú que pena...) si hay algo en esta vida de lo que no te puedas reir, es que ese algo no existe.
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