Nepoarchivos
domingo, marzo 5
Post nº 7: Nepomuk
Llevo escribiendo un diario desde que tenía siete años. Por aquel entonces tenía a dos o tres personas jodiéndome (con perdón) y como soy de natural fácil para olvidar los agravios, pensé "Debería apuntar todo esto para poder vengarme algún día." Luego aquel "algún día" nunca llegó pero bueno... el caso es que desde aquel niño de siete años hasta este de dieciocho, se han seguido manteniendo los cuadernos de cuadros, las hojas sueltas con dibujos y los apuntes a lápiz de mano zurda. Nada de literatura ni poesía (Dios me libre). Sólo yo y dentro de los márgenes más sencillos. Nunca mis mundos pretendieron ser más que eso. Un diario personal de una persona en particular, pasado del papel a la pantalla.
Hace unos meses, le pedí en un canal de irc a fireduende que no me llamara de usted. Me parecía surrealista que lo hiciera, considerando que nos llevábamos apenas dos años. Él me dijo que el tratamiento era fruto de su admiración por mí, porque siendo el más jóven, tenía un blog con mucha audiencia. Y yo le contesté algo que siempre he tenido presente: Aquí todos, absolutamente TODOS, somos una panda de pringadillos dando al teclado desde nuestras casitas. Y si tenemos que ser admirados, desde luego que no sea por las chuminadas que podamos escribir desde el parapeto de lo virtual. Y es que resulta tan fácil... escribimos algo aceptable, conseguimos audiencia comentando aquí y allá (aunque de las cibercomeduras de po**a hablaremos en otro post...), borjamari te hace una buena crítica, empiezas a tener diez comentaristas, veinte, treinta, cuarenta... y ¡zas! ¿de pronto te sientes alguien importante aunque sigas siendo el mismo capullo que empezó con un golpecito de tecla Enter? Nah. Lo siento, pero mucho me temo que no. Que el hábito no hace al monje, igual que el poner una ñoñez con muchos unicornios no te hace poeta y desde luego, tener muchas personas que te lean a diario, no te hace escritor.
En contra de lo que puedan pensar muchos, nunca he olvidado esa máxima. Ni olvido jamás lo que son estos mundos. Estos mundos son mi piso del centro, los bichos, los pocos amigos, la cafetería de la universidad, el macintosh donde trabajo, mi cama de edredón naranja-hortera, mi taza de café con el gato azul y mi compañero, fiel confidente de risa y gamberrada, del que jamás me separaré.
¿Y yo? yo soy Ariel Nepomuk. 18 años, en Madrid. Quiero ser bibliotecario porque me gustaría que me pagaran dinero por leer libros, no tengo familia y me gusta el chocolate, los gatos y las camisetas de rayas. Ah...y tengo tendencia natural a darme unas hostias terribles debido a mi manía de ir siempre mirando al suelo.
Y nada más.
Hace unos meses, le pedí en un canal de irc a fireduende que no me llamara de usted. Me parecía surrealista que lo hiciera, considerando que nos llevábamos apenas dos años. Él me dijo que el tratamiento era fruto de su admiración por mí, porque siendo el más jóven, tenía un blog con mucha audiencia. Y yo le contesté algo que siempre he tenido presente: Aquí todos, absolutamente TODOS, somos una panda de pringadillos dando al teclado desde nuestras casitas. Y si tenemos que ser admirados, desde luego que no sea por las chuminadas que podamos escribir desde el parapeto de lo virtual. Y es que resulta tan fácil... escribimos algo aceptable, conseguimos audiencia comentando aquí y allá (aunque de las cibercomeduras de po**a hablaremos en otro post...), borjamari te hace una buena crítica, empiezas a tener diez comentaristas, veinte, treinta, cuarenta... y ¡zas! ¿de pronto te sientes alguien importante aunque sigas siendo el mismo capullo que empezó con un golpecito de tecla Enter? Nah. Lo siento, pero mucho me temo que no. Que el hábito no hace al monje, igual que el poner una ñoñez con muchos unicornios no te hace poeta y desde luego, tener muchas personas que te lean a diario, no te hace escritor.
En contra de lo que puedan pensar muchos, nunca he olvidado esa máxima. Ni olvido jamás lo que son estos mundos. Estos mundos son mi piso del centro, los bichos, los pocos amigos, la cafetería de la universidad, el macintosh donde trabajo, mi cama de edredón naranja-hortera, mi taza de café con el gato azul y mi compañero, fiel confidente de risa y gamberrada, del que jamás me separaré.
¿Y yo? yo soy Ariel Nepomuk. 18 años, en Madrid. Quiero ser bibliotecario porque me gustaría que me pagaran dinero por leer libros, no tengo familia y me gusta el chocolate, los gatos y las camisetas de rayas. Ah...y tengo tendencia natural a darme unas hostias terribles debido a mi manía de ir siempre mirando al suelo.
Y nada más.
Archivos
enero 2005 febrero 2005 marzo 2005 abril 2005 mayo 2005 junio 2005 julio 2005 agosto 2005 septiembre 2005 octubre 2005 noviembre 2005 diciembre 2005 enero 2006 febrero 2006 marzo 2006
